No fue por casualidad, aunque algunos piensen lo contrario. El 20 de Julio 2014 entraba en la República de Ecuador para hacer un viaje que duraría hasta el 8 de Agosto de 2014. En ese momento Rafael Correa gobernaba en todo el territorio, aunque ya se podían sentir algunas voces contrarias a su mandato. Lo que me encontré fue una capital esplendorosa y pública en muchas de sus manifestaciones.
Impresionante el museo Oswaldo Guayasamín en Quito, su museo de Arqueología y las montañas que lo protegen a más de 4000 mil metros de altitud.
Ecuador es un país no muy extenso pero con una diversidad de paisajes impresionante. Desde la selva Amazónica en alguna de sus regiones, pasando por elevadas montañas y volcanes, hasta la costa del Pacífico fue declarado bien de interés Medio Ambiental en la época en la que lo visitaba. Fantástica noticia.
Las fotografías que hice de todo el territorio las conservo con especial cariño, un enorme y extenso archivo, inédito que recopila este extraordinario viaje.
Pensamos que sería interesante mostrar con alguna selección la fuerza de estas fotografías ya que inspiraron a través de una única publicación a fotógrafos de todo el mundo incluidos los mejores reporteros de National Geographic siendo algunos de ellos premiados posteriormente en uno de los concursos más prestigiosos de fotografía: “National Geographic Photo Contest 2015 ”. (Anuar Patjane.)
Mientras yo estaba arriba ellos buceaban abajo. Las coincidencias no se hicieron esperar. Entre las costas de México y Ecuador un número amplio de reporteros se lanzaron a retratar lo que posteriormente sería un documento de impacto al mundo entero.
El cortejo de las ballenas en el océano Pacífico.
No es habitual ver a las ballenas saltar y menos hacerlo con tanta intensidad. Parecía que me estaban regalando una suerte de energía erótica. La consumación del acto venía propiciada porque; la especie cuando corteja a una hembra lo hace saltando a la superficie del agua, así se comunica la fortaleza para la inseminación y la procreación posterior. Pero además, mi suerte fue que en aquel momento no había un macho sino tres para una sola hembra, me inflé a hacer fotografías. No paraban de saltar y mostrarse exuberantes, que maravilla y emoción ver tanta fuerza en el mar.
Mis fotografías fueron publicadas por LensCulture y en mi red Instagram el mismo año 2014, muchos reporteros de la prestigiosa revista admiraron con entusiasmo la perspectiva de la fotografía.
Sin más preámbulos os dejo que os maravilléis igual que lo hice mientras realicé las tomas de este esplendor de la naturaleza en el océano Pacífico.